Despues de varios kilometros recorridos y algun tiempo separados llego el momento de combinar el viaje, Bucharest nos acogio. Encontramos bicicleta nueva para sonia y reparamos los engranes y herrajes de la bicicleta de Felipe para no tener problemas. Sin mucha experiencia en carretera logramos encaminarnos en veredas pequenias que nos permitieron descubrir pequenas aldeas de gitanos, construcciones de ladrillo con techos de barro, los tan caracterizticos pozos que estan a diestra y siniestra en los poblados y los campos inmensos de amarillos y verdes donde se escuchan sin interrupcion los cantos de aves invisibles.

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Bucarest capital financiera con un centro antiguo y dos avenidas que la seccionan, la periferia pierde todo recuerdo de historia en donde se irguen edificios funcionalistas.